Te veo.
Y de repente no se andar.
no se hablar.
no se tocar.
no se mirar.
no se sonreir.
Y pasa una hora.
Como si pasara una estrella por el cielo.
Tan efímera,
pero tan brillante.
Tan intensa que deja rayada mi alma.
Y luego llegan los días.
Y las semanas.
Y los meses.
Y miro al cielo.
Y como si de una luna llena permanente se tratara,
no hay rastro de estrellas.
Pero pienso en aquella.
Y como si del mas valioso de los objetos se tratara,
la conservo en mi pensamiento.
Intacta.
Sin perder mínimo detalle.
Y me retroalimento.
Pensando que esa permanente luna llena algún día se apagará.
Y entonces miraré al cielo.
Y todo será un continuo de estrellas.
Y de repente no se andar.
no se hablar.
no se tocar.
no se mirar.
no se sonreir.
Y pasa una hora.
Como si pasara una estrella por el cielo.
Tan efímera,
pero tan brillante.
Tan intensa que deja rayada mi alma.
Y luego llegan los días.
Y las semanas.
Y los meses.
Y miro al cielo.
Y como si de una luna llena permanente se tratara,
no hay rastro de estrellas.
Pero pienso en aquella.
Y como si del mas valioso de los objetos se tratara,
la conservo en mi pensamiento.
Intacta.
Sin perder mínimo detalle.
Y me retroalimento.
Pensando que esa permanente luna llena algún día se apagará.
Y entonces miraré al cielo.
Y todo será un continuo de estrellas.
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